El reconocimiento de las muestras
En primera instancia, es imprescindible preservar el lugar del hecho de
cualquier tipo de contaminación. Para ello debe estar custodiado y, además,
nadie tiene que tocar nada directamente con las manos, por lo que todos
deberán trabajar protegidos con guantes. En segunda instancia, es preciso
inspeccionar el sitio cuidadosamente para determinar sobre qué indicios se
puede indicar la realización de pruebas de ADN que permitan identificar al
culpable. Así, se recogen, si las hubiere, las manchas de sangre que se
encuentren dispersas, ya sea sobre telas u otras superficies, los pelos
diseminados, las colillas de cigarrillos, las armas, cuchillos u otros utensilios
que podrían haberse utilizado, etc. También, en el caso de un homicidio, es
preciso indicar que se extraigan muestras del cuerpo de la víctima, para definir
su huella genética, y solicitar extracciones de sangre o hisopado bucal de todas
las personas que vivían en la casa o que estuvieron presentes durante el
hecho, pues hay que contar con todos estos perfiles genéticos para definir
correctamente el del culpable.
También se hace imprescindible la presencia de un oficial que libre un acta con
la descripción detallada de cada uno de los elementos recogidos como indicios,
además de realizar un registro fotográfico de las evidencias en el mismo lugar
del hecho.
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